Hace poco más de una semana Lluís y yo seguíamos en Barcelona estudiando para los exámenes finales mientras las chicas vivían incontables aventuras acá. Hay que admitir que era muy duro para nosotros concentrarnos en el estudio cuando no parábamos de recibir fotos y videos de lo bien que se lo pasaban en Xela. Esta espera se hizo larga, pero por fin hemos llegado y me atrevería a decir que nos lo estamos pasando mejor de lo que hubiéramos podido llegar a imaginar.
Únicamente llevamos una semana acá, por lo que no llevamos tiempo suficiente para tener una visión global de Xela, pero sí me gustaría aprovechar este primer post para hablar del aspecto que más me ha sorprendido de este lugar: la gente.
Guatemala es un país con mala fama, y las numerosas estadísticas macroeconómicas corroboran esta visión: su PIB per cápita es inferior al de El Salvador y Belice, y es el quinto país con mayor tasa de homicidios anuales a nivel mundial. Y no lo voy a negar, la capital es una zona muy peligrosa y muchos guatemaltecos nos han advertido de sus riesgos y de nunca ir hacia allá a no ser que sea indispensable. Pero Guatemala es mucho más grande que su capital, y acá en Xela, entre muchos otros lugares, se respira paz y tranquilidad. Me sabe muy mal que algunos de mis compañeros no hayan querido venir al programa SUD simplemente por esta razón, porque se están perdiendo una de las experiencias que seguro que marcará las vidas de los seis que estamos viviendo acá.
Las estadísticas no reflejan la del país ni por asomo, Xela y sus alrededores son una zona muy hospitalaria y en la cual yo todavía no he sentido el peligro. En el poco tiempo que llevo aquí me han invitado más veces de las que puedo contar, nos llevan a todos a hacer excursiones en coche particular y he conocido a gente maravillosa. Y todo en una semana, estoy seguro que la amabilidad de la gente me va a sorprender todavía más en los dos meses que me quedan acá. Eso sí, hay que admitir una cosa: nosotros teníamos el terreno allanado ya, pues las cuatro chicas ya llevaban tres semanas aquí y han hecho que nuestro proceso de adaptación haya sido mucho más rápido. Dudo que todos tengan la misma suerte, pero eso no quita que todo el mundo acaba adaptándose y disfrutando de la experiencia.
Creo que la foto que he elegido para este post representa fielmente mis vivencias en Xela y mi estado de ánimo: no puedo estar más feliz. La relación tanto con mis compañeros como con la gente local es infinitamente mejor de lo que esperaba. Solo para demostrarlo, hemos quedado con algunos de la oficina para ir a un parque acuático este domingo, imaginaros el buen rollo que hay.
A todos aquellos que dudan sobre si ir al SUD o no, sí, sí, y mil veces sí, sin condicionales: es una experiencia que marcará vuestras vidas. Desde ESADE llevan muchos años haciendo este programa sin que haya ocurrido ningún incidente, son mucho más listos que eso. No dejéis que un par de estadísticas mal explicadas os digan lo que tenéis que vivir.